13.05.2012 23:55

El socialista Hollande ganó las elecciones por los mismos motivos por los cuales ganó Rajoy en España

Fue una verdadera fiesta electoral la que vivió Europa ese domingo 6 de Mayo de 2012. Y no sólo por los comicios de Francia, el nuevo "Mayo francés", según algunos periodistas con adicciones sensacionalistas.

La derrota de Nicolás Sarkozy y el triunfo de François Hollande eran hechos predecibles. La razón es que no todos quienes votaron por Marine Le Pen son fascistas. En la votación alcanzada en la primera vuelta por la xenófoba candidata hay un porcentaje de "votación rabiosa", vale decir, la de aquellos que hacen valer su protesta no sólo en contra de un gobierno, sino de la política en general. Una parte de esa rabia debía necesariamente volcarse a favor de Hollande.

Hay que agregar, además, una tendencia que en Europa está a punto de convertirse en predominante: en tiempos de profundas crisis, gana la oposición, sea de derecha o de izquierda.

El socialista Hollande ganó las elecciones por los mismos motivos por los cuales ganó Rajoy en España. Ambos catalizaron la esperanza de un "nuevo comienzo", uno que nadie sabe como puede ser. De ahí que no hay que ser brujo para pronosticar que en poco tiempo sucederá a Hollande lo que hoy sucede a Rajoy: muchos de sus entusiastas electores le volverán las espaldas.

Quizás sabiendo lo que le espera, Hollande, al igual que Rajoy, se cuidó de hacer grandes promesas, lo que para un socialista francés no es tan obvio. Algunos menos ahorros, eso y no mucho más fue lo que ofreció Hollande. Si así se quiere, se trata de la misma política económica de Sarkozy, pero en formato más amable.

En política internacional Hollande continuará su alianza con Alemania, la misma que en el pasado cultivó Mitterand con Kohl, Chirac con Schröder, y Sarkozy con Merkel. No hay, por lo demás, ninguna razón para que ella cambie. De ahí que la rebelión francesa en contra del "merkelismo" es una simple invención mediática. Francia –eso hay que destacarlo- no es (todavía) Grecia.

Pero Grecia sí es Grecia. Las elecciones legislativas demostraron que el paso de la crisis económica a la crisis política ya ha sido dado en el país donde fue inventada la democracia.

Uno de esos extremos es políticamente descartable en cualquiera democracia. "Aurora Dorada" (6,97%) es un partido definitivamente racista y ciertos candidatos que llegaron a proponer minar costas y límites para que no entren más extranjeros, son criminales cuyo lugar es la cárcel y no un parlamento.

mikehuasi182@hotmail.com

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