17.05.2012 00:09

"Venezuela está postrada y tratan de darle oxígeno artificial a la economía"

En el diario El Nacional se realizo una entrevista a Ricardo Hausmann quien es el economista y profesor de la Universidad de Harvard quien critica el irrespeto a la propiedad privada, la alta inflación, el desinterés por los niños que no van a la escuela, la ausencia de maestros, el descalabro de Pdvsa y el oneroso endeudamiento de una economía cuyo mal manejo "no tiene perdón de Dios"

El Nacional. Ricardo Hausmann se entusiasma cuando habla sobre Venezuela. Al contrario de lo que pudiera pensarse por su larga ausencia del país, conoce perfectamente los detalles del día a día de sus compatriotas. Su vocabulario está plagado de venezolanismos y se muestra sencillo y cercano.

Vestido con jeans y franela es difícil imaginarse que se está ante uno de los académicos más respetados de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.

Ríe con facilidad y se toma un tiempo para cada respuesta.

Discute con propiedad sobre asuntos tan cotidianos como la escasez de cabillas en Venezuela, consecuencia de la desindustrialización de las empresas de Guayana. Sobre la solución que permitiría impulsar este polo de desarrollo en el sur del país se limita a decir: "Son tareas muy sencillas y el cómo hacerlo está más que probado en experiencia de países, que han pasado por procesos similares o peores que Venezuela".

--Los inversionistas sólo se muestran atraídos por la deuda venezolana, su única preocupación son las nuevas emisiones y la garantía de pago. ¿Qué piensa al respecto? 

El spread de los bonos venezolanos es cinco veces el de los papeles colombianos. La gente está dispuesta a invertir en títulos venezolanos porque son bonos súperbasura que pagan la tasa de interés más alta, basado en la creencia de que el tinglado que está montado no se aguanta.

Los bonos esconden el costo real de la deuda que estamos asumiendo.

Cuando los inversionistas extranjeros compran tales papeles a los venezolanos que los adquirieron a través del Fisco en bolívares, lo hacen a 50% de su valor. Esto quiere decir que las divisas que le quedan al comprador original equivalen a la mitad de los dólares nominales. De modo que en realidad la tasa de interés que estamos pagando es el doble de lo que aparece en el documento de la compra original. Nos endeudamos a tasas carísimas y hacemos este aguaje para no reconocerlo oficialmente.

--¿Es peligroso este tipo de endeudamiento? --Sí. En materia de endeudamiento no sólo importa el monto total sino a qué tasa se produce. Japón tiene prácticamente 200% del producto interno bruto en deuda pero a una tasa de interés de 1%, lo que le cuesta 2% del PIB.

La deuda de Venezuela, en cambio, representa 30% del PIB pero la tasa de interés es de 12%; esto equivale a casi 4 puntos del PIB. Nosotros pagamos de más porque el mundo percibe que aquí no hay seguridad para la inversión de capital.

--El último episodio de los problemas de Pdvsa son los derrames. ¿Esto no es un síntoma de que la "petrolera está pasando aceite" y no da más, como dicen popularmente? ---Toda Venezuela está pasando aceite.

--¿Cómo es eso? --Todo en este país está en serias dificultades. Da rabia ver a Venezuela así. No importa de qué área hable uno, todo está colapsado. El empleo es precario, hay escasez de productos básicos como la leche. Tenemos la tasa de inflación más alta del mundo, poseemos los niveles de inseguridad más altos de América Latina, incluso, por encima de Guatemala. Hay una precariedad absoluta de los derechos, y de allí que si tienes un apartamento no lo puedes alquilar porque corres el riesgo de que después no puedes sacar al inquilino. Hay 2 millones de niños que no asisten a la escuela y hay colegios en los que no hay profesores que impartan ni Matemática ni Física.

--¿Cómo se traduce ese daño en Pdvsa? --Estamos explotando la faja de la manera más irresponsable posible porque nadie está dispuesto a poner el mejorador del petróleo extrapesado, que cuesta 8 millardos de dólares, por las expropiaciones.

En esa zona se trabaja con el mínimo de inversión. Estamos extrayendo una pequeña porción de crudo mezclando petróleo liviano, que ya casi no tenemos. Ese es el costo que estamos pagando por no haber generado un ambiente en el que se pueda invertir.

--¿Vale la pena seguir apostando por el petróleo en Venezuela? --Lo que no vale la pena es seguir apostando por este Gobierno. Obviamente que las reservas de la faja son importantísimas y en un país razonable esa industria sería gigantesca con mucha generación de empleo e industrias conexas. Hemos abandonado el lago de Maracaibo y su producción está colapsando porque se nacionalizaron todos sus proveedores. Tenemos una situación en la que Pdvsa no funciona, sus trabajadores mueren en accidentes laborales y ahora contamina el agua, y quiere esconder el asunto.

--Para los venezolanos más pobres la inflación es un problema y no ha habido manera de bajarla.

--La tragedia de Venezuela es que no hace sino cometer errores del pasado. El mundo ya ha matado la inflación y ha dejado de ser un problema.

En China o en Brasil la gente entra en pánico cuando llega a 7% e inmediatamente se actúa y baja. Se entiende cómo se controla la inflación.

Venezuela ha querido ignorar todas esas enseñanzas.

Se crea dinero inorgánico desde el BCV de manera irresponsable y exagerada.

Lo hace dándole las reservas supuestamente excedentarias al Gobierno, financiando directamente a Pdvsa y a las empresas de Guayana, reteniendo artificialmente al bolívar con respecto al dólar.

No hay un ancla monetaria que controle el nivel de precios. La inflación en Venezuela más que un crimen es por estupidez.

--Recientemente una publicación hizo un ranking de los ministros de Finanzas de la región y Jorge Giordani quedó en el último lugar. ¿Comparte ese criterio? --Yo no sabría atribuir responsabilidades dentro del Gobierno. No se quién es el responsable del desempeño económico. Lo que sí puedo decir es que el desempeño económico de Venezuela no tiene perdón de Dios. En un momento en el que el contexto internacional es tan increíblemente favorable, Venezuela está postrada y tratan de darle oxígeno artificial a la economía, a través de una inyección de gasto público a ver si el enfermo llega parapeteado a las elecciones.

--Hay quienes dicen que por primera vez se presenta la posibilidad real de un cambio de Gobierno, ¿lo comparte? --Sí. De hecho cuando pienso en la posibilidad de cambio de régimen en Venezuela me invade un entusiasmo muy fuerte. Este país tiene unas posibilidades de progreso que no tiene más nadie. Podríamos ser un emporio de riqueza gracias a la cantidad de mangos bajitos que tenemos. Aquí lo que ha pasado es que ni lavan ni prestan la batea. Este es un país que en una sola generación puede convertirse en una nación rica y desarrollada. En 25 años nosotros tenemos recursos de todo tipo para alcanzar a naciones como Corea.

--En caso de que haya un cambio, ¿qué es lo primero que debe hacer el próximo gobierno? --Debe trabajar con todos los venezolanos para que todos y cada uno progresen por igual.

--¿Que dejan estos 13 años como aprendizaje? --Se trató de incorporar a toda la población al desarrollo, pero se equivocó la metodología.

--Hay una diáspora de venezolanos en el exterior. Es talento que se ha fugado. ¿Cree que volverían con un nuevo gobierno? --Los venezolanos sobresalen cuando están fuera del país.

En la Escuela de Gobierno de Harvard, por ejemplo, tenemos a muchos que se reúnen a discutir sobre Venezuela y, además, son los primeros de sus clases. Sin duda alguna se devolverían a colaborar con la reconstrucción del país.

--¿Y usted lo haría? --Inmediatamente.

--¿Qué extraña de Venezuela? --El emigrante siempre extraña a su patria. Es donde tiene sus recuerdos, sus vivencias, sus afectos.

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